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Por Tetsushi Kajimoto
TOKIO (Reuters) – El segundo presupuesto de estímulo suplementario de Japón para este año fiscal, que asciende a 29 billones de yenes (210.000 millones de dólares), fue aprobado el martes por la cámara baja del parlamento, allanando el camino para la aprobación final en la cámara alta esta semana.
El presupuesto, respaldado principalmente por la emisión de bonos adicionales, destaca la dificultad del primer ministro Fumio Kishida para reconciliar las tareas conflictivas de frenar la deuda nacional y salir del estancamiento de la pandemia.
Con la sólida mayoría del bloque gobernante en ambas cámaras, es poco probable que el presupuesto tenga dificultades.
Sin embargo, la deuda nacional, la más grande del mundo, ya es más del doble de la producción económica anual, lo que convierte a Japón en un caso atípico en lo que respecta a la tendencia mundial de poner fin al estímulo fiscal en modo de crisis.
“La situación fiscal de Japón se volverá más severa en el futuro”, dijo un panel asesor del ministro de Finanzas, Shunichi Suzuki, en sus recomendaciones semestrales.
“Si la confianza en la gestión fiscal disminuye como Gran Bretaña, eso podría afectar el mercado de bonos del gobierno y el mercado de divisas”.
Más temprano el martes, el panel de 16 expertos de la academia, los medios y las empresas pidió equilibrar las necesidades de una “gestión fiscal responsable” y “impulsar la capacidad de defensa”.
Esos serían temas clave para el presupuesto anual regular para el próximo año fiscal que comienza el 1 de abril de 2023, agregó.
Las recomendaciones a Suzuki forman la base para redactar el próximo presupuesto anual.
El Ministerio de Finanzas compila un presupuesto anual cada diciembre, su borrador pasa al gabinete para su aprobación, antes de dirigirse al parlamento en enero para su debate y promulgación a fines de marzo.
GASTO EN DEFENSA
Kishida instruyó a los ministros de defensa y finanzas el lunes para trabajar juntos para aumentar la participación del gasto en defensa en el producto interno bruto al 2% dentro de cinco años, desde alrededor del 1% actual.
Fue la primera vez que Kishida especificó el tamaño del aumento del gasto en defensa.
Sin embargo, dadas las finanzas públicas hechas jirones de Japón, cómo pagar por una mayor capacidad de defensa es un tema polémico entre el ministerio de defensa y los halcones fiscales del ministerio de finanzas.
El panel enfatizó la importancia de encontrar una salida estable, pero no exigió específicamente las alternativas obvias: aumentos de impuestos, otros recortes de gastos o más deuda.
Instó a los interesados a debatir con seriedad y obtener una comprensión del público sobre cómo compartir las cargas de manera amplia. No señaló ninguna fuente de financiación específica.
“Japón no puede dar por sentado que la política de tasas bajas del Banco de Japón llegó para quedarse”, dijo el panel.
“Por lo tanto, se necesitan esfuerzos constantes para reducir la emisión anual de bonos del gobierno y controlar la deuda pendiente”.
($1=138.1800 yenes)
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Source: INVESTING