La temporada de resultados podría ser dura para una Bolsa cara

La temporada de resultados podría ser dura para una Bolsa cara

La temporada de resultados se pondrá en marcha esta semana y los inversores se preparan para la agitación. Se espera que las ganancias disminuyan sobre una base interanual por primera vez desde 2020, ya que el debilitamiento de la demanda, junto con las altas presiones de costos, comprimen los márgenes de ganancias corporativas. Con unas valoraciones todavía bastante caras, unos resultados tan sombríos podrían ser el catalizador de otra oleada a la baja.

Incertidumbre

Los mercados de renta variable han empezado el año con buen pie, pero cabe preguntarse si este optimismo perdurará. Los indicadores adelantados, como las encuestas empresariales, advierten de que la economía estadounidense está perdiendo fuelle y podría entrar en recesión a finales de año, ya que la demanda se está debilitando a un ritmo espectacular.

De cara a la temporada de resultados, a los inversores les preocupa que esta negatividad de los indicadores adelantados pueda reflejarse en los resultados empresariales o en unas previsiones poco halagüeñas de los equipos directivos para los próximos trimestres. Las estimaciones de beneficios de los analistas siguen siendo bastante elevadas, lo que hace temer que no se ajusten a la realidad económica y sean vulnerables a revisiones a la baja.

Hay que admitir que puede que sea demasiado pronto para que aparezca una debilidad real en este ciclo de informes. En los dos últimos trimestres vimos temores similares, pero los informes de las empresas superaron las expectativas. No obstante, parece ser una cuestión de “cuándo”, más que de “si”, los beneficios sentirán el calor de un pulso económico cada vez más débil.

Caída de los beneficios

A nivel de índice, se prevé que los beneficios de S&P 500 disminuyan más de un 4% con respecto a hace un año. Se trataría de la primera cifra negativa en más de dos años, cuando las empresas aún tenían que hacer frente a los cierres patronales en las economías occidentales para controlar el virus.

De hecho, si se excluye de este cálculo el sector energético, el descenso previsto de los beneficios sería mucho peor. Las empresas energéticas siguen obteniendo beneficios supernormales debido a los efectos persistentes de la crisis energética mundial. Sin ellas en el S&P 500, se prevería que los beneficios cayeran casi el doble, alrededor de un 8% menos que el año pasado.

Por lo tanto, parece que los beneficios se están revirtiendo y otro comportamiento similar el próximo trimestre cumpliría la definición de “recesión de beneficios”. Cabe señalar que las empresas S&P 500 obtienen aproximadamente el 40% de sus ingresos del extranjero, por lo que incluso si la economía de EE.UU. se las arregla de alguna manera para seguir resistiendo, los beneficios podrían seguir luchando en un entorno mundial frágil.

Riesgos asimétricos, debido a las valoraciones optimistas

En esta temporada de resultados, el libro de jugadas podría ser que el mercado “no perdona”. En otras palabras, podría producirse una reacción asimétrica, en la que las empresas que superen las expectativas de los analistas no se vean muy recompensadas, mientras que las que decepcionen reciban un severo castigo.

La lógica de esta afirmación se basa en las valoraciones. Dado que el S&P 500 sigue cotizando a 17 veces los beneficios previstos para este año, el mercado es muy optimista, pues básicamente da por hecho que la economía estadounidense va a aterrizar suavemente. Los mercados bajistas anteriores han tocado fondo con un múltiplo más cercano a 13x o 14x, por lo que el mercado sigue siendo bastante caro desde una perspectiva de valoración.

Y eso antes de considerar el riesgo de que las estimaciones de beneficios se revisen a la baja durante el año. En ese caso, la valoración actual sería aún más extraña. Las estimaciones de beneficios han empezado a bajar, pero no drásticamente. Probablemente estemos en las primeras fases de este proceso.

Por lo tanto, no hay mucho margen de error. Las valoraciones son tan optimistas que cualquier resultado positivo podría no ser suficiente para impulsar realmente el mercado, puesto que ya está incorporado en el precio. Por otro lado, cualquier decepción podría ser recibida con fuertes ventas.

Los gráficos muestran un panorama similar. El S&P 500 sigue cotizando por debajo de la línea de tendencia bajista trazada desde su máximo histórico y también por debajo de su media móvil de 200 días, lo que mantiene al índice en una clara tendencia bajista. Esos dos obstáculos han convergido en torno a la región de 3.990, que podría actuar como resistencia a cualquier avance.

La presentación de resultados comenzará el viernes con los grandes bancos estadounidenses, que a menudo se consideran indicadores de la economía en general, lo que eleva la importancia de sus resultados. La semana siguiente destacan Netflix (NASDAQ:) y Procter & Gamble el 19 de enero, antes de que la atención se centre en Microsoft (NASDAQ:) y Tesla (NASDAQ:) el 24 y 25 de enero, respectivamente.

Source: INVESTING

RODRIGO DI PAULA AMBRISSI: