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Existen varias vulnerabilidades de seguridad asociadas al uso de criptomonedas como métodos de pago, incluida la posibilidad de robos, hackeos y fraudes. Por ejemplo, los piratas informáticos pueden aprovecharse de los fallos en los intercambios, los monederos y las transacciones. Además, los consumidores que son objeto de estafas o transacciones fraudulentas tienen pocas vías de recurso porque las transacciones con criptomonedas son irreversibles.
La posibilidad de pérdida o robo es una de las mayores preocupaciones. Los monederos digitales, donde se guardan las criptomonedas, son susceptibles de sufrir intentos de pirateo, estafas de phishing y otros ciberataques. El dinero guardado en una cartera comprometida puede ser sustraído, y puede ser difícil recuperarlo. Además, como las transacciones de criptodivisas son irreversibles, los fondos no pueden recuperarse si se envían a una dirección incorrecta o si el monedero se ve comprometido.
La posibilidad de fraude es otro problema de seguridad relacionado con los pagos en criptomoneda. Con el fin de engañar a los consumidores para que envíen dinero a lo que parecen direcciones correctas, los hackers pueden crear sitios web falsos o copiar sitios web de confianza. Se trata de un intento de phishing, y como el sitio web falso es idéntico al real, puede ser difícil de detectar. Además, los hackers tienen la capacidad de fabricar falsas bolsas o monederos de criptomonedas para robar dinero a clientes incautos.
Para robar los activos digitales de un usuario, los ciberdelincuentes pueden intentar utilizar fallos en su ordenador o smartphone. Para acceder al monedero digital de un usuario, pueden emplear diversas técnicas, como correos electrónicos de phishing, spyware, ransomware y otros ciberataques.
Los ciberdelincuentes suelen utilizar correos electrónicos de phishing para engañar a los usuarios y hacerles hacer clic en enlaces maliciosos o descargar archivos peligrosos. El atacante obtiene acceso a los activos digitales del usuario después de que éste haga clic en el enlace o descargue el archivo. El malware — por ejemplo, el malware de minería de criptomonedas — es otro enfoque que los hackers emplean con frecuencia. El malware pretende dañar, interferir o robar datos de un sistema informático. Puede instalarse en el ordenador de un usuario a través de diversos medios, como correos electrónicos de phishing, falsas actualizaciones de software y descargas no autorizadas.
El ransomware cifra los archivos del usuario y los hace inaccesibles. Después, el agresor pide un rescate a cambio de la clave de descifrado. No hay garantías de que el usuario obtenga la clave de descifrado si paga el rescate, y sus activos digitales podrían acabar perdiéndose permanentemente.
Por último, existe un riesgo de incertidumbre regulatoria. La regulación de las criptomonedas es aún limitada, y tienen diferente rango legal en cada nación. Como resultado, los consumidores tienen poca protección a su disposición, y emprender acciones legales en caso de robo o fraude puede resultar complicado. En consecuencia, las personas que utilizan criptomonedas como medio de pago deben ser precavidas y tomar las precauciones de seguridad adecuadas para salvaguardar su dinero.
Source: COIN TELEGRAPH