-Advertisement-
El mundo académico y la ciencia se encuentran en plena crisis, marcada por varias ineficiencias que afectan directamente a nuestra destreza científica y a nuestra capacidad de investigación. El tema del estancamiento en las universidades e instituciones académicas es tabú, y en este sistema no hay lugar para los intelectuales disidentes que cuestionan el statu quo o la calidad de la investigación científica.
La ciencia descentralizada (DeSci) pretende alterar estos sistemas por una buena razón. Junto con la tecnología blockchain, DeSci tiene el potencial de poner patas arriba los sistemas de financiación existentes y mejorar la colaboración entre las partes interesadas en los esfuerzos científicos.
El acceso a los informes científicos y a la investigación es una cuestión muy controvertida. En la era digital, la industria editorial científica ha creado una oligarquía fortificada que amenaza la integridad de la innovación científica. El sector se beneficia de la investigación financiada con fondos públicos para lograr márgenes de beneficio más significativos que Google, Amazon o Apple. En lugar de hacer avanzar la ciencia, estas editoriales ocultan la investigación financiada por el gobierno tras muros de pago cerrados y cobran elevadas cuotas de suscripción para acceder a ella.
Definidos por el mantra “publicar o perecer”, los científicos se han enredado en un juego en el que sus perspectivas profesionales dependen más de la publicación de sus trabajos en revistas de prestigio que de los méritos del propio trabajo, una jerarquía autorreferencial que las editoriales mantienen cuidadosamente para obtener ingresos. Para conseguir esta aceptación, los científicos tienden a publicar los resultados más llamativos e inesperados, alimentando lo que se ha dado en llamar la “crisis de la reproducibilidad en la ciencia.”
En una encuesta realizada en 2016 por Nature, el 70 % de los investigadores señalaron que han intentado reproducir los experimentos de sus colegas y no lo han conseguido. Esta incapacidad para reproducir experimentos amenaza la base y la precisión de la literatura científica. Este sistema defectuoso conduce a un entorno que fomenta la exclusividad y desalienta el intercambio de datos entre la comunidad científica, lo que repercute directamente en la calidad y el calibre de la investigación producida.
Relacionado: Los lenguajes de programación impiden la corriente principal DeFi
De estas fragilidades surgió el movimiento de acceso abierto, una campaña para que los contenidos científicos estuvieran a libre disposición del público. El movimiento se inició a principios de la década de 2000 con el objetivo de liberar los artículos que se encontraban tras los muros de pago de las editoriales. A lo largo de las dos últimas décadas, el movimiento ha progresado de forma constante y cada vez son más las investigaciones académicas disponibles en abierto. El reciente anuncio de Nature de que los autores de países de renta baja y media-baja podrán publicar gratuitamente en sus páginas refleja el impacto positivo del movimiento.
A pesar de estos avances, la “ciencia abierta” ha heredado muchas de las limitaciones de la ciencia convencional. Los científicos todavía pueden tener miedo de comentar el trabajo de investigación de un colega mayor bajo su propio nombre por temor a las repercusiones. Esto hace menos probable que los científicos de entornos desfavorecidos participen en la ciencia abierta y podría empeorar las desigualdades científicas existentes. Estos problemas se ven agravados por el hecho de que los editores cobran tasas por el procesamiento de los artículos (APC) para hacer que un artículo sea de acceso abierto. A medida que los editores aumentan los APC, las instituciones se enfrentan a una presión financiera directa y deben limitar el número de becas que conceden.
Los protocolos Web2 como Git surgieron para contrarrestar las restricciones de los sistemas centralizados de control de versiones y crear una alternativa de código abierto que permita a los equipos de software crear proyectos de todos los tamaños con eficiencia, velocidad y asincronía. Este enfoque aumenta la transparencia y la verificabilidad, al tiempo que abre nuevas vías de colaboración.
Relacionado: zkEVM podría ser el fin de la infraestructura blockchain
Los protocolos Web3, como el InterPlanetary File System, también han surgido como respuesta a la web centralizada, que carece de privacidad, vende nuestros datos a terceros y es propensa a los puntos únicos de fallo. Ambos inventos surgieron directamente de las limitaciones de la investigación científica anterior a Internet.
Descentralizar la ciencia no tiene incentivos económicos inherentes. Se trata de una misión restauradora para aumentar la financiación científica, eliminar la dependencia de intermediarios ávidos de beneficios y aumentar la colaboración en todo el campo. Entidades y herramientas descentralizadas como las organizaciones autónomas descentralizadas (DAO), la financiación cuadrática y el crowdsourcing pueden ayudar a los científicos a desbloquear vías alternativas para financiar empresas científicas más diversas. Al difundir públicamente los descubrimientos científicos a través de la tokenómica escalable, DeSci puede eliminar a los intermediarios especuladores, como los editores, y remodelar para mejor la industria de la publicación científica.
Y lo que es más importante, DeSci aprovecha el poder del crowdsourcing, que permite a los científicos poner en común sus hipótesis y datos para resolver problemas de forma más rápida y eficiente. Las plataformas de crowdsourcing, diseñadas originalmente para ayudar a los ingenieros de aprendizaje automático, están poniendo a disposición de los estudios científicos conjuntos de datos más amplios y aumentando la diversidad de los proyectos de investigación. Las instituciones que utilicen herramientas Web3 y blockchain prosperarán, haciendo que los sistemas académicos tradicionales resulten menos óptimos y atractivos.
Una cosa es segura: Blockchain y Web3 van a remodelar el mundo académico para mejor, proporcionando a los científicos las herramientas que necesitan para producir de manera eficiente y eficaz una investigación disruptiva.
Matteo Manzi es el investigador cuántico principal de CrunchDAO. Tiene formación en aprendizaje automático y sistemas dinámicos y fue cofundador de Poincaré Trajectories, que se integró en CrunchDAO en octubre de 2022. Matteo se graduó con un máster en vuelos espaciales con una beca de talento de la Universidad Tecnológica de Delft, trabajó como investigador en el programa Horizonte 2020 por la Comisión Europea en el Reino Unido y más tarde trabajó como ingeniero de software de dinámica de vuelo para la Oficina de Desechos Espaciales de la Agencia Espacial Europea.
Source: COIN TELEGRAPH