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Pérdida de biodiversidad, reducción de la humedad del suelo, inseguridad alimentaria, aumento de las migraciones: informe tras informe, el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) advierte de las consecuencias del calentamiento global y de la necesidad de mantenerlo dentro del límite sostenible de 1,5°C a 2°C con respecto a la era preindustrial.
Aunque el aumento de la temperatura global en superficie ya ha alcanzado los 1,2ºC, la única forma de lograrlo es mediante una “reducción rápida, profunda y, en la mayoría de los casos, inmediata de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)”.[1]. Frente a los 55.000 millones de toneladas equivalentes de CO2 (GtCO2eq) emitidas en 2022, la reducción debería alcanzar el 67% en 2040 para contener el calentamiento a 1,5°C (escenario medio). El límite de 2°C implica una disminución del 46%. En ambos casos, se trata sólo de un paso, ya que la disminución de las emisiones de GEI debería continuar después.
Aunque se están intensificando los esfuerzos -por ejemplo, la Unión Europea ha invertido cantidades récord en energías renovables en 2022 y ha hecho más disuasorio el coste de la tonelada de carbono-, los esfuerzos mundiales para hacer frente al cambio climático siguen siendo insuficientes. Evaluando la trayectoria de las emisiones de GEI en función de las políticas aplicadas, el IPCC calcula que la atmósfera seguiría calentándose 3,2ºC (escenario medio) en 2100 (gráfico). Suponiendo que se cumplan, las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) aplicadas desde el Acuerdo de París de 2015 difícilmente podrían alcanzar el objetivo de 1,5 °C o incluso el de 2,0 °C. En una reciente declaración, el Secretario Ejecutivo de la ONU para el Clima, Simon Stiell, pidió que se reforzaran[2].
Source: FX STREET