-Advertisement-
Tras la dolorosa caída de las cotizaciones bursátiles del año pasado, muchos inversores han llegado a la conclusión de que ahora se presenta otra magnífica oportunidad de compra. Y si nos fijamos únicamente en las medidas de valoración basadas en los beneficios, se nos podría perdonar por pensar que, aunque no sean excesivamente baratas, las valoraciones de las acciones ya no son extremas.
La relación precio/beneficios a plazo muestra que las acciones cotizan a un múltiplo de alrededor de 17, cerca de su media de las dos últimas décadas.
Sin embargo, lo que esta medida oculta es el hecho de que los márgenes de beneficio que respaldan esas ganancias siguen siendo obscenos. Además, las estimaciones suponen que el reciente descenso de los márgenes se invertirá pronto y que volverán casi a máximos históricos.
Ciertamente, hay al menos algunos motivos (como la fortaleza del , , y de los precios en los dos últimos años) para mostrarse escépticos ante este análisis optimista. El rápido aumento de los costes laborales suele dar lugar a descensos de los márgenes mayores que el que ya hemos visto, y los costes laborales ya han aumentado más rápido que en ningún otro momento de los últimos treinta años.
-Advertisement-
Si los márgenes de beneficio siguen cayendo a lo largo de este año en lugar de subir como se esperaba, el denominador de esas relaciones precio-beneficio a plazo podría disminuir drásticamente, revelando el hecho de que las valoraciones de las acciones nunca fueron realmente tan razonables en primer lugar.
Sólo parecen serlo hoy en día como resultado de alguna heroicidad especial por parte de los analistas de renta variable.
Source: INVESTING