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- El beneficio neto de Saudi Aramco en el primer trimestre de 2023 disminuyĂł un 19% interanual.
- A muchos inversores occidentales les preocupa que Arabia SaudĂ utilice a Aramco como gallina de los huevos de oro para proyectos no relacionados con los hidrocarburos.
- El enorme compromiso de Aramco con los dividendos podrĂa empezar a pesar sobre la salud financiera de la empresa.
PodrĂa parecer contraintuitivo calificar de malos los ingresos netos de 119.540 millones de SAR (31.880 millones de USD) de Saudi Aramco (TADAWUL:), pero en el contexto de lo que es la empresa, lo son. No es tanto la caĂda del 19% en los ingresos netos lo que preocupará a los observadores expertos del mercado petrolero.
La caĂda en el trimestre puede explicar algo de eso. Lo preocupante es que el resultado proceda de la empresa petrolera y gasĂstica insignia del tercer productor mundial de crudo, que tiene casi el monopolio de sus yacimientos. Estos yacimientos tienen un “coste de extracciĂłn” medio (el precio de extraer un barril de petrĂłleo del suelo, sin incluir los gastos de capital) de entre 1 y 2 dĂłlares por barril.
Es el más bajo del mundo, junto con los yacimientos petrolĂferos de Irán e Irak. Las razones por las que existe tal discrepancia entre este bajo coste de extracciĂłn y las cifras de ingresos netos de Saudi Aramco plantean importantes interrogantes que hacen que el futuro de Saudi Aramco sea potencialmente aĂşn más inquietante.
Estas preguntas fueron las razones clave por las que ninguna de las principales bolsas occidentales permitiĂł que Saudi Aramco cotizara en ellas. Y ello a pesar de que una cotizaciĂłn de tan alto perfil era uno de los principales argumentos de venta del prĂncipe heredero Mohammed bin Salman (MbS) a los altos cargos saudĂes cuando les propuso por primera vez la idea de sacar a bolsa parte de Saudi Aramco.
A mediados de la dĂ©cada de 2010, el entonces prĂncipe heredero adjunto MbS veĂa la oferta pĂşblica inicial (OPI) de Saudi Aramco como una parte central de su estrategia para usurpar el cargo de prĂncipe heredero de Muhammed bin Nayef. En teorĂa, la idea tenĂa varios factores positivos a su favor que beneficiarĂan a MbS.
En primer lugar, podrĂa recaudar mucho dinero, parte del cual podrĂa utilizarse para compensar el efecto econĂłmicamente desastroso para Arabia SaudĂ de la Guerra de los Precios del PetrĂłleo de 2014-2016. En segundo lugar, podrĂa impulsar la reputaciĂłn de Arabia SaudĂ y la amplitud y profundidad de sus mercados de capitales. Y en tercer lugar, el dinero procedente directamente de la venta y el aumento de la reserva de capital de los mercados de capitales saudĂes podrĂan utilizarse como parte del “Programa de TransformaciĂłn Nacional” 2020, que forma parte del plan de desarrollo saudĂ “VisiĂłn 2030”.
Con ello se pretendĂa diversificar la economĂa del Reino, alejándola de su dependencia de las exportaciones de petrĂłleo y gas. Tras unos meses de conversaciones, MbS asegurĂł a los altos cargos saudĂes que podĂa garantizar la salida a bolsa del 5 por ciento de la empresa, lo que, en su opiniĂłn, permitirĂa recaudar al menos 100.000 millones de dĂłlares en fondos muy necesarios para Arabia SaudĂ. TambiĂ©n convertirĂa la oferta de Saudi Aramco en la mayor OPV de la historia. Esto, a su vez, supondrĂa una valoraciĂłn de toda la empresa de al menos 2 billones de dĂłlares. Además, segĂşn MbS, Saudi Aramco cotizarĂa en una de las principales bolsas del mundo, siendo la Bolsa de Nueva York y la de Londres las dos opciones preferidas.
Sin embargo, un análisis más profundo de Saudi Aramco, incluido el gigantesco prospecto previo a la OPV, planteĂł más preguntas que respuestas a los inversores occidentales. Para empezar, las cifras de producciĂłn de crudo que Arabia SaudĂ habĂa dado durante tanto tiempo por ciertas no lo eran. Lejos de ser capaz de producir 10, 11 o 12 millones de barriles diarios (bpd) más, Arabia SaudĂ tenĂa dificultades para producir algo más de 9 millones de bpd. Para ser exactos: desde el 1 de enero de 1973 hasta el lunes 15 de mayo de 2023, la producciĂłn media de crudo de Arabia SaudĂ fue de 8,252 millones de bpd. Esto significa que la tan cacareada capacidad excedentaria del paĂs de unos 2 millones de bpd tampoco era cierta, ya que se basaba en una capacidad de producciĂłn de crudo de referencia falsa.
TambiĂ©n son preocupantes las afirmaciones igualmente fantásticas de Arabia SaudĂ sobre sus reservas de petrĂłleo. Concretamente, a principios de 1989, el paĂs afirmaba tener unas reservas probadas de petrĂłleo de 170.000 millones de barriles. SĂłlo un año despuĂ©s, y sin haber descubierto ningĂşn nuevo yacimiento importante, declarĂł unas reservas probadas de 257.000 millones de barriles, lo que supone un aumento del 51,2%. Poco despuĂ©s, las reservas probadas de petrĂłleo de Arabia SaudĂ volvieron a aumentar milagrosamente, esta vez hasta algo más de 266.000 millones de barriles, sin descubrir ningĂşn nuevo yacimiento importante.
Las reservas probadas de petrĂłleo volvieron a aumentar en 2017 hasta los 268.500 millones de barriles, de nuevo sin que se descubrieran nuevos yacimientos importantes. Al mismo tiempo que se anunciaban estos aumentos, el paĂs extraĂa una media de 8,162 millones de bpd. Por lo tanto, desde 1990 (año en el que las reservas probadas de petrĂłleo declaradas por Arabia SaudĂ pasaron de 170.000 millones de barriles a 257.000 millones de barriles) hasta 2017 (año en el que Arabia SaudĂ declarĂł unas reservas probadas de petrĂłleo de 268.500 millones de barriles), Arabia SaudĂ habĂa extraĂdo fĂsicamente del suelo para siempre una media de algo más de 2.979 millones de barriles de crudo cada año.
La cantidad total de petrĂłleo crudo extraĂdo permanentemente desde principios de 1990 hasta principios de 2017 fue de 80.430 millones de barriles. En resumen, de 1990 a 2017, la cifra oficial de reservas de crudo de Arabia SaudĂ habĂa subido a 98.500 millones de barriles, a pesar de no haber nuevos hallazgos de petrĂłleo y de haber retirado fĂsicamente 80.430 millones de barriles para siempre. Los inversores occidentales tambiĂ©n estaban profundamente preocupados porque Saudi Aramco estaba siendo utilizada como una vaca lechera para varios otros proyectos no relacionados con los hidrocarburos ideados por los altos cargos saudĂes, MbS y sus asesores. Hubo financiaciĂłn para mĂşltiples proyectos socioeconĂłmicos, incluida la creaciĂłn de la Universidad Rey Abdullah de Ciencia y TecnologĂa.
TambiĂ©n existĂan preocupaciones más amplias sobre la soberanĂa de Arabia SaudĂ que se tradujeron en un contexto de riesgo negativo para la OPV de Saudi Aramco. Un hecho crucial en este contexto fue que el 28 de septiembre de 2017 el Congreso de Estados Unidos anulĂł el veto del expresidente Barack Obama a la Ley de Justicia contra los Patrocinadores del Terrorismo, lo que permitiĂł a las familias de las vĂctimas demandar al gobierno de Arabia SaudĂ. En cuestiĂłn de semanas, se presentaron ante los tribunales federales siete importantes demandas en las que se alegaba el apoyo y la financiaciĂłn del gobierno saudĂ al atentado terrorista del “11-S” en EE.UU. Aunque Arabia SaudĂ ha negado las sospechas de larga data de su implicaciĂłn en el atentado, 15 de los 19 secuestradores eran de nacionalidad saudĂ.
En 2010, varios medios de comunicaciĂłn publicaron documentos en los que se destacaban esos posibles vĂnculos entre Arabia SaudĂ y diversas organizaciones terroristas. Uno de ellos era un memorando clasificado filtrado de la entonces secretaria de Estado estadounidense Hilary Clinton, en el que advertĂa de que los donantes de Arabia SaudĂ eran:
“La fuente más importante de financiaciĂłn de grupos terroristas sunĂes en todo el mundo”.
Dados estos y otros muchos factores negativos, MbS no pudo captar ningĂşn interĂ©s significativo de inversores occidentales en la OPV de Saudi Aramco. AsĂ pues, se preparĂł el escenario para una serie de acontecimientos que definieron en parte el nuevo orden del mercado mundial del petrĂłleo. Uno de ellos fue una oferta de China para salvar la cara de MbS que Ă©ste nunca ha olvidado y que ha apuntalado la deriva de Arabia SaudĂ hacia China desde entonces. Otro fue la aceleraciĂłn del alejamiento de Arabia SaudĂ de EE. UU. y su acercamiento a Rusia, que se habĂa ido acelerando desde que terminĂł la Segunda Guerra de los Precios del PetrĂłleo en 2016.
Incluso más especĂficamente para Saudi Aramco, significaba que MbS tenĂa que ofrecer incentivos masivos a los inversores para comprar cualquiera de la OPI. Uno de ellos era una garantĂa del gobierno saudĂ de que, pasara lo que pasara, pagarĂa un dividendo de 75.000 millones de dĂłlares en 2020, dividido a partes iguales en pagos de 18.750 millones de dĂłlares cada trimestre. Lo que empeora las cosas ahora es que, junto con los resultados del primer trimestre de 2023, el director ejecutivo de Saudi Aramco, Amin Nasser, declarĂł que la empresa está estudiando la introducciĂłn de dividendos adicionales ligados a los resultados. AfirmĂł que su objetivo serĂa el 50-70% del flujo de caja libre anual, neto del dividendo base y otras cantidades, incluidas las inversiones externas.
Puede que contar estas cifras equivalga en Ăşltima instancia a intentar averiguar cuántos ángeles pueden bailar sobre la cabeza de un alfiler. Dado el creciente antagonismo entre Estados Unidos y Arabia SaudĂ, que tambiĂ©n define en parte el nuevo orden del mercado mundial del petrĂłleo, como analizo en mi nuevo libro sobre ese tema, la posibilidad de que se introduzca definitivamente la “Ley de no creaciĂłn de cárteles productores y exportadores de petrĂłleo” (NOPEC) podrĂa ser el fin de Saudi Aramco en su forma actual. La NOPEC abrirĂa el camino para que los gobiernos soberanos demandaran por precios predatorios e incumplimiento de las leyes antimonopolio de Estados Unidos.
La OPEP es un cártel de facto, Arabia SaudĂ es su lĂder de facto y Saudi Aramco es la empresa petrolera clave de Arabia SaudĂ. La promulgaciĂłn de la NOPEC significarĂa que el comercio de todos los productos de Saudi Aramco -incluido el petrĂłleo- estarĂa sujeto a la legislaciĂłn antimonopolio, lo que significarĂa la prohibiciĂłn de las ventas en dĂłlares estadounidenses. Además, podrĂa significar la eventual disoluciĂłn de Aramco en empresas constituyentes más pequeñas que no puedan influir en el precio del petrĂłleo.
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Source: INVESTING